CENIZAS


PABLO CÉSAR ESPINOZA

Ella llegó a su casa luego de cruzar la calle donde bajó del micro, que la paseó toda la tarde por la trancadera del mercado.

Donde cruzó las piernas (prendió su cigarro) pagó con billete y pidió más cambiado.

Donde los doncitos le silbaban y gritaban "mamacita",      mientras ella cerraba la ventana y descansaba los ojos, para encontrarse nuevamente sola, 
                   entrando por el living hacia el patio que da a la calle.

(Afuera: los bomberos ya casi apagaban el incendio de un micro).

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